En un extremo del barrio de Monastiraki se erige la Torre de los Vientos, en el interior del recinto arqueológico del Ágora romana. De planta octogonal, se trataba de un multifuncional reloj de agua, ya que también hacía las veces de veleta. Cada una de las ocho paredes representa una dirección del viento, que era indicada por la veleta según fuera la voluntad de Eolo, el dios griego que agitaba el aire. Fue construida en el siglo I a.C. por el arquitecto y astrónomo Andrónikos Kyrrestes, y la estructura está constituida enteramente por mármol. Por cierto, alrededor del recinto encontraremos pintorescas tabernas con vistas a este monumento.