La religión ortodoxa es una religión cristiana, tanto o más como es el catolicismo y otras muchas. Proviene del rito bizantino. La palabra “ortodoxo” significa “creencia firme” y su esencia es la no alteración del Cristianismo en sus inicios. Su nacimiento se debe a la separación, ruptura o cisma en 1.054 por parte de Constantinopla (religión ortodoxa) de Roma (religión católica). Desde ese momento existirán por un lado la Iglesia apostólica Romana y por el otro la Iglesia ortodoxa.
Claramente se trató de una maniobra política entre Roma y Constantinopla. Una forma interesada de independizar una de las capitales de relevancia de la época que competían por ser la que más peso tuviese. Todo ello se disfrazó con teorías teológicas como justificación al pueblo de la ruptura entre hermanos cristianos.
Si entramos en las diferencias entre el credo ortodoxo y el credo católico es complicado de entender y se intuye claramente el disfraz teológico que lo envuelve.
Las distintas iglesias ortodoxas (quince patriarcados en total) son independientes unos de otros. Cada Patriarcado Ortodoxo tiene su propio Patriarca (lo que viene a ser el Papa Católico). La iglesia griega ortodoxa proclamó su independencia desde 1.833 convirtiéndose en la Iglesia nacional independiente del Patriarcado de Constantinopla. Además se convierte en la Iglesia del estado de Grecia. El máximo representante de esta iglesia es el Arzobispo de Atenas.
El sacerdote griego es conocido como “pope griego” en español y en griego se le llama “papás” o “pater”. Los reconoceremos en nuestros viajes por toda Grecia por su vestimenta oscura, barba blanca y su característico sombrero.