El Peloponeso

Nemea

 
Nemea, en el Peloponeso de la Grecia Continental
 

Nemea

Antes de abandonar la provincia de Corinto, les recomendamos que visiten Nemea, el enclave en el que Heracles (Hércules) realizó uno de sus famosos doce trabajos, dando muerte al león que asolaba la región.
Aún se conservan el santuario y el estadio, supuestamente inaugurado por Heracles, donde se celebraban unos juegos bienales en honor a Zeus, quien cuenta con un templo en otro yacimiento arqueológico a escasa distancia. De este templo solo se mantienen en pie cinco columnas, pero bastan para dar un aire solemne y magnífico al recinto donde se encuentran.

 

Nemea, en el Peloponeso de la Grecia Continental
 

La actual Nemea se encuentra enclavada en un bucólico marco rodeado de viñedos y olivos. No en vano, la variedad de uva típica de la región, aguiorgítico, es considerada como una de las más prestigiosas en la elaboración de vinos tintos del país.
Aquí nos encontraremos con varias bodegas a lo largo del camino, que nos propone una ruta del vino alternativa para nuestro viaje. Dicen los expertos que el de Nemea es un vino afrutado y de baja acidez, particularmente obtenido en terrenos bajos, como es el caso del valle en el que se encuentran las cepas.

El valle se extiende hacia el oeste, hasta llegar a las primeras estribaciones que son preludio del corazón montañoso del Peloponeso. Adentrándose en esas elevaciones, a través de los pueblos de Galatas y Psari, se llega al Lago Estínfalo, escenario también de otro de los trabajos de Heracles, en el que el héroe mató a flechazos a los pájaros devoradores de hombres que habitaban el lago.

Pero en realidad, los animales que el viajero se encuentra en la laguna distan mucho de ser los terribles seres descritos en la mitología. En sus aguas y riberas nos podemos encontrar numerosas especies de anátidas, zancudas y otras aves, así como otras especies faunísticas y florales propias de los humedales.

 

Nemea, en el Peloponeso de la Grecia Continental
 

Querrá sentarse a orillas de la laguna, entre los carrizos, y observar las elegantes evoluciones de los cisnes, deslizándose ante la esbelta figura de los flamencos, o quedarse contemplando la puesta de sol. Tendrá la sensación de encontrarse en un pequeño edén, al margen de la distancia y del tiempo. Es el Lago Estínfalo también lugar donde se erige un santuario en honor de Hera, ya que fue aquí donde la diosa fue criada por Témeno, hijo de Pelasgo.

 

Nemea, en el Peloponeso de la Grecia Continental