Teatro Clásico Griego

Teatro Clásico Griego 

La Tragedia y la Comedia

Las representaciones trágicas formaban parte del culto a Dioniso y por eso es por lo que, en Atenas, las tragedias se representaban siempre en el teatro de Dioniso que se encuentra al pie de la Acrópolis. En la actualidad durante los meses de verano se sigue celebrando el Festival de Teatro de Epidauro. Si tiene la oportunidad, no deje de visitar y conocer el famoso teatro de Epidauro y si viaja en verano es posible que coincida con alguna representación teatral en vivo en las noches de Epidauro. Puede consultar el programa del Festival de Teatro de Atenas y Epidauro haciendo click en el enlace.

Los autores dramáticos sólo podían representar sus obras en las fiestas en que estaban previstas tales representaciones. Estas fiestas eran las Leneas, las Dionisias rurales y las Grandes Dionisias.

Las Leneas se celebraban a finales de enero, y solo a partir del 440 a.C. tuvieron lugar concursos dramáticos.

Las Dionisias rurales se celebraban fuera de Atenas, a finales de diciembre.

Sin embargo, era en las Grandes Dionisias, celebradas en Atenas a comienzos de la primavera, en donde se celebraban los grandes concursos. El arconte epónimo convocaba el concurso (de comedia, tragedia y de lírica) en donde todos los candidatos presentaban sus obras. Después se procedía a una selección previa. Tal selección llevaba consigo la concesión de un coro y la designación de los ciudadanos ricos a quienes se les encargaba sufragar los gastos de la representación.

Normalmente, cada uno de los poetas que concursaba presentaba tres tragedias y un drama satírico. Coro y actores eran los encargados de representar la obra. El coro era dirigido y adiestrado para la representación por el propio poeta. Era un elemento básico de la tragedia griega, sin cuya existencia ésta no se concibe.

El número de coreutas varió con los años. Esquilo parece que utilizaba 12, número que Sófocles elevó a 15.

El coro estaba dirigido por un corifeo, que es quien tomaba la palabra en su nombre cuando recitaba. Los movimientos del coro en la representación eran muy variados. Con su entrada en escena o párodos, se iniciaba a veces la pieza. Pero, en la mayoría de los casos, antes del párodos tenía lugar una escena (prólogos). Una vez el coro entraba en la parte del teatro llamada orchestra y evolucionaba normalmente, se iniciaba un canto coral (estásimo) con versos líricos. A lo largo de la pieza solía haber tres “estásimos”, que unidos al párodos y al éxodos (salida del coro) marcaban las partes de la pieza.

Pero el coro también podía dialogar con los actores, ya fuera cantando coro y actor o recitando actor y cantando el coro. En cuanto a los actores hay que decir que su equipamiento habitual consistía en la máscara, el traje y el coturno.

El coturno era una especie de zapato de madera, de suela muy gruesa, que aumentaba en algunos centímetros la estatura de los actores, con lo cual se compensaba la desproporción que entre cabeza y resto del cuerpo causaba el uso de la máscara.

Los coreutas no lo llevaban, pues ello no hubiera permitido la danza a la que con tanta frecuencia se entregaba el coro. El número de actores que participaban en la representación se fue modificando con el tiempo: Se empezó por uno sólo; Esquilo empleó dos y Sófocles tres. Jamás se rebasó tal número, por lo que, lógicamente, un mismo actor tenía que interpretar varios personajes en una misma pieza.

Los actores eran siempre varones y, además, debían tener conocimientos de canto, pues la tragedia comportaba arias y monodias interpretadas por el actor.

En el teatro, en cuanto lugar de representación, hay dos planos distintos: la escena y la orchestra. En la escena evolucionaban los actores y, a veces, aparecía dispuesta en dos plantas, distinguiéndose así entre el proscenio, o cuerpo saliente, y episcenio o piso alto. La orchestra fue, en un principio, circular, aunque con el paso del tiempo perdió parte de su primitiva superficie a costa de la escena. En ella era donde se desarrollaban los movimientos y parlamentos del coro. Hombres y mujeres asistían a las representaciones teatrales tomando asiento en las gradas que componían la cávea del teatro. En las primeras filas se disponía de asientos de honor (proedría), concedidos al sacerdote de Dioniso, a los arcontes, al cuerpo de estrategos y, en algunos casos, a los embajadores. El precio de la entrada al espectáculo, en un momento al menos de la historia de Atenas, era sufragado por el estado. Terminaremos esta visión esquemática del teatro griego con la alusión a los tres trágicos griegos por excelencia:

ESQUILO

Nació hacia el 525 a.C., posiblemente en Eleusis, y murió en Gela (Sicilia) en el 456 a.C. Las obras que han llegado hasta nosotros son: Persas, Siete contra Tebas, Suplicantes, La Orestía (Agamenón, Coéforos, Euménides) y Prometeo.

SÓFOCLES

Nació en Colono Hípico, cerca de Atenas, en el 496 a.C. y murió en Atenas en el 406 a.C. Las obras que han llegado hasta nosotros son: Áyax, Traquinias, Antígona, Edipo Rey, Electra, Filoctetes y Edipo en Colono. También nos han llegado fragmentos de alguna otra tragedia.

EURÍPIDES

Nació en la isla de Salamina en torno al 485 a.C. y murió en Macedonia en el 406 a.C. Las tragedias conservadas de este poeta son: Alcestis, Medea, Heráclidas, Hipólito, Andrómaca, Hécuba, Suplicantes, Electra, Troyanas, Heracles, Ifigenia en Táuride, Helena, Ión, Fenicias, Ifigenia en Áulide, Bacantes y Orestes. También nos han llegado fragmentos de otras tragedias.